la prueba? ¿Un apretón de manos dándole la bienvenida a su nuevo trabajo? ¿Una oración pastoral por sanidad? ¿No hemos conocido el poder de un toque divino? ¿Acaso no podemos ofrecer lo mismo? Muchos ya lo hacen. Algunos tienen el toque maestro del Médico mismo. Usan sus manos para orar por los enfermos y ministrar a los débiles. Si usted no está tocándoles personalmente, sus manos están escribiendo cartas, marcando números telefónicos, horneando pan. Usted ha aprendido el poder del toque. Pero otros
Page 31